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La Princesa

  • Foto del escritor: Fede Antenore
    Fede Antenore
  • 15 ene 2019
  • 1 Min. de lectura

En el Reino de las Anomalías, una sombra se

escabullía por los pasillos al caer la luz del día. Se

deslizaba con cuidado entre los muros, de manera

temerosa y perspicaz.

-¡Shhhhhh, silencio! – se escuchó.

-¡No me calles a mí! – intervino otra voz enseguida.

-¡Ambos, silencio, o nos encontrarán! – señaló una

tercera voz, con firmeza. Apenas terminó de decirlo,

corrió a través de las sombras sin que la luz de la luna

la descubra…o quizás alguien más… Tenía que ser

delicada en su andar, pues a pocos pasos se encontraba

el guardia nocturno. Sin embargo, éste sostenía

cansado la alabarda entre sus brazos, para poder

descansar aunque sea unos minutos. Se escuchó un

suspiro y, luego, un pequeño y simple ¡¡SPLASH!!

-¡¿QUÉ SUCEDIÓ?!- El guardia fue traído de su sueño

de manera brusca y tomó con firmeza la alabarda.

¿¡Quién anda ahí!?

La sombra había aprovechado una pequeña

oportunidad para seguir su camino a través del

guardia y logró escabullirse por las puertas del Reino.

- ¿A dónde iremos, princesa?- una de las Bestias habló.

- A donde la opresión y las responsabilidades de ser

princesa no se conozcan, a un dominio donde no sea

esclava de mis pensamientos, donde el conocimiento

de otras tribus me llene de su misma energía… – le

contestó la Princesa Anomalía a la luz de la luna.

-Y, ¿dónde es eso? - preguntó una de sus dos criaturas

acompañantes.

Esa es nuestra aventura - expresó la Princesa al

contemplar la luna.





 
 
 

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