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Ritual

Foto del escritor: Fede AntenoreFede Antenore

En el mundo de las Anomalías, el nombre

dado a las águilas es Gigantes del Cielo, ya que eran

Magníficas Bestias que protegían los cielos bajo la

orden de los dioses. Como una de las primeras Bestias

creadas, poseían un tamaño excepcional para poder

defender mejor los cielos y auxiliar a las Anomalías

en tiempos difíciles. Como tributo a su divinidad y

cortesía, las Anomalías construyeron una escalera

tan imponente hasta el cielo, que desaparece entre las

nubes de las montañas. Sólo durante los mediodías

de invierno, pueden apreciarse los destellos gloriosos

de los diamantes y rubís incrustados en ella. La

Anomalía, que es el chamán, empleaba esta escalera

para ascender donde habitan las Bestias y así poder

otorgarles el tributo que sólo él domina. Para ello,

el chamán es elegido por la Bestia que pasará a ser

su futuro acompañante y que siempre resulta en un

Águila pequeña, la cual, con el paso del tiempo, crece

de manera considerable.

Una obligación para el Águila consiste en advertir a sus

compañeras el inicio del ritual, debido a su naturaleza

divina. Una vez en la cima, la Anomalía comienza a

enunciar palabras en un idioma antiguo de manera

telepática. Al mismo tiempo, las Águilas danzan

alrededor de la Anomalía. Entre la música del viento

y la danza, las Águilas se alejan con un fulminante y

enérgico aleteo y los cielos se despejan de las nubes

grises y malas energías.





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